A lo largo del último siglo, el equilibrio de la biosfera está siendo alterado por el ser humano. La acción perjudicial de productos o agentes contaminantes sobre el medio ambiente recibe el nombre de contaminación.
Contaminación del agua
Se produce como consecuencia de la actividad humana, que usa el agua para multitud de procesos y la devuelve al medio, alterada o sucia. La sociedad industrial ha convertido nuestros ríos, lagos y mares en canal y depósito de desechos.
Tratamiento de las aguas residuales
Antes de enterrar las aguas residuales o devolverlas a los sistemas hídricos locales para su reutilización, es preciso limpiarlas. Ya desde la Antigüedad se sometían a decantación y filtrados naturales con arena y piedras, a fin de depurarlas. Hoy se realiza en plantas especializadas, que efectúan un tratamiento en tres etapas.
Contaminación del suelo
Decimos que hay contaminación del suelo cuando la acumulación de sustancias perjudiciales provoca en él una pérdida parcial o total de su productividad, lo cual va acompañado de cierto nivel de toxicidad.
Hay una contaminación de origen natural, que se da por la evolución de la composición de ciertos suelos. Por ejemplo, en suelos con fuertes lavados se origina pérdida de elementos móviles, como el Mg y el Ca, y una concentración de elementos pesados (Cr, Cu y Mn). Al aumentar la cantidad de metales pesados crece el riesgo de que los asimilen ciertas plantas.
Sin embargo, nunca como ahora la influencia de la acción humana ha sido tan determinante, lo que ha originado nuevos tipos de contaminación: metales pesados procedentes de mina s y fundiciones, residuos domésticos, productos agrícolas, quema de combustibles, producción de lodos, etc.
Agentes contaminantes
Existen 60 elementos químicos constituyentes de las plantas, de los cuales 16 son esenciales, en especial los macronutrientes primarios: N, P y K. Un fertilizante compuesto, por ejemplo el NPK 8-24.16, se denomina así porque contiene un 8% de N, un 24% de P2O5 y un 16% de K2O.
Su utilización no siempre tienen en cuenta la composición real de la tierra ni sus propiedades, por lo que el agricultor tiende a emplear dosis masivas que van acumulándose en el suelo, lo contaminan y pueden pasar a las aguas subterráneas o superficiales.